Pese a las tensiones que rompieron UNEN en 2015 y distanciaron a la Coalición Cívica y Libres del Sur, dos de sus principales referentes en el ámbito social participaron de un encuentro para analizar la situación actual y reflexionar juntos ideas para salir adelante. El respeto mutuo entre ambos dirigentes más allá de las diferencias políticas o ideológicas fue uno de los símbolos más esperanzadores del encuentro, en el que dejaron conceptos más que valiosos.
Toty Flores (hoy referente social de Cambiemos) y Daniel Menéndez (Barrios de Pie – Libres del Sur) participaron el 26 de mayo de un espacio de reflexión organizado por el Instituto Emmanuel Mounier de Buenos Aires y coincidieron en un diagnóstico crítico acerca de la situación social de la Argentina. Durante el encuentro, que se realizó en el auditorio del colegio del Pilar, en Recoleta, ambos identificaron a las consecuencias del clientelismo kirchnerista, como uno de los principales factores que ofrecen hoy un marco con 30% de pobres y estuvieron de acuerdo en la necesidad de pensar nuevos paradigmas para lo social tras las experiencias del neoliberalismo de los 90 y del “plan sistemático para mantener a las personas en la pobreza” durante la última década.
El encuentro de reflexión llamado “Me dueles, luego existo” desafió tanto a Flores como a Menéndez a salir de su zona de confort y reflexionar también sobre cómo sería una revolución que incluya lo político y económico pero que también sea moral y espiritual. Flores hizo hincapié en la experiencia del Barrio La Juanita en el corazón de La Matanza en donde en vez de aceptar los famosos “planes trabajar”, se propusieron crear una cooperativa de trabajo para no ser rehén del clientelismo político y explorar alternativas para salir adelante sin perder la dignidad ni la cultura del trabajo. Es más sabido que esta coorperativa, fundada en 2001, terminó exportando a Italia y Japón o que crearon un call center, por ejemplo, que la actitud que llevó a Toty y los suyos a alcanzar ese resultado: “Cuando a nosotros nos preguntan cómo hicimos lo que hicimos, es porque fuimos libres, transitamos los prejuicios que los pobres tenemos de los ricos y que los ricos tienen de los pobres y nos dimos la libertad de crear”, señaló. A su vez, indicó que así es como se genera la posibilidad de cambio profundo en la sociedad, es decir, a partir del rol de un Estado articulador, no un Estado en donde un sector se apropia de otro.
Menéndez por su parte aseguró que el gobierno anterior ocultó la pobreza e instauró un relato en donde la palabra “inclusión” fue usada hasta el hartazgo mientras la pobreza se profundizaba en los barrios. “Había un festival de planes sociales y un deterioro de la cultura del trabajo”. No obstante el líder de Barrios de Pie se mostró preocupado por el movimiento pendular que ha registrado nuestro continente en las últimas décadas en donde “ha habido intentos de desarrollo soberano, más allá de los resultados de estos procesos y después vienen los que tienen tendencia contraria, cuando estos se agotan”. “Hoy vemos una falta de reacción, señaló Menéndez en referencia al gobierno de Macri e indicó que coincidía con Flores a la hora de pensar nuevos paradigmas, que para él deben estar sobre una base democrática, igualitaria y fundamentalmente de justicia social.
También hubo espacios para la reflexión desde la filosofía humanista, en manos de Toty Flores, quien citó a Emmanuel Mounier para decir que él también tiene un “optimismo trágico”, es decir la esperanza que nunca se debe perder, incluso en el contexto más adverso, pero no una esperanza superficial, sino aquella que nunca olvida a los que sufren, a los que quedan postergados.
Francisco del Campo y Javier García Moritán del Instituto Mounier, entregaron a los disertantes ejemplares de la propuesta elaborada por el Instituto para una política personalista y comunitaria “La persona humana en el centro” e invitaron a los dos dirigentes a tener presente en la tarea de rehumanización que se proponen, la realización espiritual del hombre. Recordaron en palabras de Mounier la necesidad más auténtica de desarrollo personal para el cual “no hay conciencia particular sin su maduración a través del drama total de su época” y con Carlos Díaz, finalmente, la definición de la persona en movimiento hacia el otro sufriente: “me dueles, luego existo”.
Excelente iniciativa del Instituto, representado por del Campo y García Moritán, manteniendo siempre vigente el sentido de la realidad; la subyacencia de lo humano como atributo de sentido a cada instante de la existencia. Las voces de reflexión e interpelación en el contexto de respeto generado por el Instituto promueven el abandono del prejuicio, concebido como alienación subjetiva proyectada en el otro. Un debate que nos invita a todos- y pirncipalmente a quienes nos dirigen- a no perder de vista el fin último de la actividad estatal: promover el bien común, al estilo de Enrique Ernesto Shaw y otros grandes que miraron más allá de sus propios ojos. Felicitaciones! y que se repitan por favor estos encuentros. Atte Silvia Pozzi
Silvia, muchas gracias por tu comentario. Un verdadero lujo para Acto y potencia!! Gracias por expresar tan bien lo que nos proponemos. Un placerazo! Saludos